Se solicita una casa de un piso en plena localidad de Lonquén, para una familia de cinco integrantes más una pieza de servicios y bodega.

El contexto presenta unas parcelas de amplia magnitud, en las cuales se plantan y cosechan diversos vegetales. Al caminar, nos podemos guiar por los álamos existentes, un camino de acceso, el bosque de fondo y los cerros que a la lejanía rodean el terreno.

Junto con este imponente contexto tenemos el recorrido del sol, el cual nos indicó de forma inmediata hacia donde orientar la vivienda. La casa chilena con sus corredores nos rondeaba por la cabeza y a sus propietarios también.

Tras un análisis se decidió la construcción de dos corredores que envuelven el programa de habitaciones, rematando en el living-comedor. Este espacio principal genera una comunicación con el exterior que permite habitarlo con la vista, teniendo el paisaje al interior de la vivienda.

La ubicación en el terreno, su orientación, los aleros y sus dimensiones, permiten una excelente eficiencia energética (térmica), que junto con los materiales nobles de la casa como madera de coigüe, raulí y piedra pizarra; otorgan una calidez y conexión con su entorno.

El revestimiento exterior de enchapado de ladrillo fue uno de los requerimientos explícitos del cliente.